Sí, allí, sentada en el césped fresco, palpando la suave brisa primaveral que azota tu cara cuidadosamente. Tus ojos, entreabiertos descansan, pero observan a su alrededor, esperando algo, no saben el qué, pero lo esperan. Entonces, en esa visión nublosa debido al entrecerrar de tus ojos, vislumbras ese algo que tanto esperabas. Camina en tu dirección, pausado y relajado, con una sonrisa sincera y unos ojos penetrantes que te dejan himnotizada. Se sienta a tu lado e intercambia una dulce y eterna mirada contigo. No hace falta decir nada. La distancia entre vuestros labios disminuye poco a poco. Sin darte cuenta apenas, se produce el contacto más simple, delicado, y apasionado a la vez. Todo es perfecto. Ahora es cuando sabes que sin su aliento no eres nada, y que es la marca de heroína que tu cuerpo necesita... El simple roce con su piel te hace estremecer y el contacto con su dulce boca hace que todo te de vueltas... Porque él es la razón de tu respirar.
Lo cierto es que sí, las cosas no se buscan, surgen cuando menos te lo esperas! ;)
ResponderEliminarte dejo un premio en mi blog. Un beso
*-* :)
ResponderEliminarQue tierno blog, un beso, te sigo !
ResponderEliminarhttp://startmeeup.blogspot.com/